miércoles, 12 de febrero de 2014

Emigrantes

Llevamos ya un mes de viaje. Entre lo que hay que ver y las atenciones que requiere el pequeñajo, poco tiempo de calma queda en el que tengas uno la energía  suficiente como para ponerse a escribir...

 La  primera impresión:  Nueva Zelanda esta lejos, muy lejos, de hecho no puede estar mas lejos. Mientras se vuelan unas largas 26 horas en un Airbus a casi 1.000km por hora uno se pregunta cómo acabó llegando el homo sapiens a este remoto rincón del planeta desde el África etíope.

Tan pronto aterrizamos en Auckland, hubo que combatir los caprichos del sol y sus deshoras. Que amanezca justo cuando toca dormir precisa de un enorme empeño para no sucumbir agarrado a la almohada al mediodía. El irremediable periodo de ajuste conviene sobrellevarlo con firme determinación. El paseo cosmopolita es la actividad más frenética que fuimos capaces de acometer.  Entre una cosa y otra, un día logramos arrastrarnos hasta el museo de historia naval, y es que en Auckland la navegación a vela es como en España el fútbol. Creo que ni  el rugby ni sus All Blacks le hacen sombra a una manga de Copa América. Aun se oyen sollozos de los kiwis en los bares por haber perdido la última edición. De hecho, el héroe nacional es Sir Peter Blake, uno de los referentes mundiales de la vela, hasta el punto de que un ala del museo está dedicada a su persona..



















 A lo que hoy es  Auckland, "the city of sails", llegaron los primeros humanos hace sólo 2.600 años. Junto a Hawaii y Pascua, fueron los últimos reductos del planeta en humanizarse. A estos tres enclaves se llegó desde Tahiti, y navegando a vela, como no podía ser de otra manera. Unos 8.000 años  antes, los antepasados de esos avanzados navegantes tahitianos salían desde sureste asiático colonizando poco a poco Sumatra, Java, Borneo, Papúa y Nueva Guinea, Tonga, Fiji...hasta finalmente asentarse en Tahiti.  


Una vez superado nuestro Jet-Lag, pusimos rumbo a  Wellington, el centro de la tierra media,así se anunciaba el aeropuerto. En el hall principal nos esperaban Alex y María además de Golum y sus peces. Hay que tener amigos allá donde vayas. Tres días después, un terremoto hizo que se cayera parte del set que colgaba del techo, no fue gracioso...



 

De ahí volamos a la isla sur donde caravana en mano, o bajo posadera, rulamos lo indecible para exprimir al máximo los 15 días de vacaciones que Peter Jackson le concedió a Alex para la ocasión. La productora que dirige el Neozelandés, Weta Digital, tiene su base en Miramar (Welligton), a 10 minutos de agradable paseo desde casa de los Ortoll. Más de 2.000 empleados, animadores, dibujantes, escultores, compositores  se afanan por traernos a las pantallas producciones como El señor de los anillos, sus secuelas de El Hobbit, Oblivion, King-Kong o Avatar, en cuyas segunda y tercera parte empiezan precisamente a trabajar ahora.  En el taller de Weta, rodeado de grotescos modelos, conocimos por casualidad o otro canario, Javier Murcia, un escultor lagunero que vino con su arte y la determinación de trabajar en el cine. Como Weta sólo se rodea de virtuosos, ficharon a Javier tan pronto conocieron su obra.

La isla sur es Alpina, salvaje, ruda y sorprendente. Es fácil imaginarse a esos primeros europeos, que llegaron y se toparon con una naturaleza intensa, enorme, y a una raza de humanos orgullosa descendientes de aquellos navegantes tahitianos que emigraron hacia el sur. Se asentaron y encontraron, rios, lagos, ensenadas, grandes bahías donde fondear sus embarcaciones, llanuras de tierra fértil, animales faciles de cazar como el Moa -un gallina enorme tipo avestruz, extinta hace solo 200años-, y además jade y oro. 

2.200 años después de la llegada del primer navegante tahitiano, Abel Tasman, un almirante holandés empleado de la casa de las Indias en Indonesia, llegó a la Nueva Zelanda Maorí. Desde entonces un goteo incesante de Anglo-sajones invade estas tierras. Hoy, la mayoría de la poblacion de Nueva Zelanda es de origen europeo siendo sólo un 15% del grupo etnico Maorí.

El Maorí se enorgullece de su raza, sabe de su orígen y preserva su arte.  Están presentes sobre todo en la isla norte; en la sur, donde la fiebre del oro atrajo al hombre blanco, han quedado desplazados. Su lengua y aspecto son visiblemente polinésico. Manifiestan tendencia al sobrepeso por una dieta en la que predominan los fritos y se abusa de alcohol. Pasa cuando el nómada se vuelve sedentario. Me atrevo a decir que existe desarraigo, que no escapa a entreverse en sus miradas. Se sitúan como clase social media-baja, a diferencia del rico Anglo-sajon, que se le ve haciendo barbacoas por las tardes en las terrazas de sus mansiones. El Maorí sabe disfrutar mucho mejor del mar, de la pesca, y de sus hijos, con quienes se les ve jugando y bañándose hasta que anochece.

La isla norte es praderas y dunas, se salpica de activos volcanes y de vieja roca antártica emergida hace millones de años. Sus playas son infinitas y por ellas desembocan ríos. Sólo basta con clavar el talón en la arena, con el agua a la altura de las rodillas, para notar bajo los pies caparazones de almejas y berberechos. Una palada con la mano y se te escurren por los dedos, dos, tres o cuatro. En las rocas, con la marea vacía, mejillones a cientos. En Havelock, una localidad de no más de 500 habitantes situada en los sounds de Malborough -al norte de la isla sur- se producen diariamente 40 toneladas de mejillón. En sus fiordos se cultivan industrialmente larvas de este molusco que se transportan desde la isla norte. Su desarrollo se ve tan favorecido por la riqueza de los limos que depositan ríos y escorrentías que se llegan alcanzar esas brutales producciones.

Nueva Zelanda es una tierra de abundancia. La superficie de España con la población de Canarias. Un lugar virgen y lejano que se impregna en la memoria y que da de beber a la fantasía. 


















5 comentarios:

  1. Hola osvaldo soy juani! Maravillosas fotos! Un abrazo

    ResponderEliminar
  2. Que viaje más chulo! Y que fotos más guapas... que bien os lo pasais! :-) Un abrazo, Christoph

    ResponderEliminar
  3. Precioso el texto las fotos, todo !!!

    ResponderEliminar
  4. Muy sana, pero envidia. Que experiencia ...... disfruten

    ResponderEliminar
  5. Sólo viéndoles me siento viva, no puedo ni imaginar cómo será disfrutarlo. Les seguimos. Un millón de besos,
    Gina, Migue y Silvia

    ResponderEliminar