domingo, 16 de noviembre de 2014

10 consejos generales para viajar con niños

Llevamos  viajando con nuestro hijo desde muy pequeñito. Con tres meses empezaron sus vuelos de Canarias a la Península. A partir de los seis meses comenzamos a hacer largas travesías en velero entre islas. Con menos de un añito nos aventuramos al primer vuelo transoceánico y aún no había cumplido los dos años cuando empezó la gran aventura nómada de la vuelta al mundo. Durante este útimo año hemos sobrellevado lo que en el mundo anglosajón se conoce como “the terrible two’s”, la época en la cual los niños refuerzan su personalidad con la negación y el reto contínuo a sus padres. Este gran periodo de aprendizaje, que es mutuo, nos ha animado a ofrecer a los lectores del blog nuestra opinión acerca de viajar con niños. Nos atrevemos incluso a ofrecer unos cuantos consejos prácticos que podrían ser muy útiles a quienes no quieran viajar sin dejar atrás a sus pequeños: 

1) En la medida de lo posible, intentar quitarle el pañal al niño antes de comenzar el viaje. Se  ahorrará dinero y espacio en la maleta. Además, siempre va a coincidir tener que coger un vuelo con un paquete enorme de pañales recién comprado que hay cargar, por experiencia...

2) Acostumbrar al niño a comer de todo nos ha servido para que descubra nuevos sabores y de esa manera es más fácil la gestión de la alimentación familiar. Sólo pedimos que a los platos no le pongan picante o salsas fuertes. Además, verle la cara probando ciertos alimentos no tiene precio... Si hoy no le apetece cenar lo que hay, al día siguiente con más hambrita lo ve diferente. Y no nos preocupamos demasiado si no le apetece comer mucho un día. Lo que nuestro hijo toma sin rechistar es el biberón del desayuno, así que intentamos llevar siempre leche en polvo. Se conserva bien, no pesa y aseguramos su aporte lácteo. Si estás en Japón, no intentaría conseguir cereales para el biberón, ¡no hay! En cuanto a los horarios en temas de alimentación y sueño, a nosotros nos funciona la discordancia de opiniones entre padre y madre. Entre ambos llegamos a un equilibrio que nos ha permitido no esclavizarnos al reloj sin tampoco descuidar las necesidades que los niños tienen de rutinas. No obstante, si la ocasión lo justificaba, nos ajustábamos a lo que el momento requería.


Tokyo sushi time. Esto hay, esto se come.



3) Hemos acabado llevando encima sólo un termómetro y el medicamento antitérmico del niño, porque si está malo y la fiebre persiste, lo mejor es llevarlo al médico y que sea éste quien recete lo que hace falta. Y para las heridas y raspones leves, agua oxigenada y gasas nos bastan. Desgraciadamente algunas heridas han necesitado puntos de sutura y hemos visitado ya varios centros médicos. Después del susto inicial la conclusión es siempre la misma: Niños traviesos hay en todo el mundo y aún en los sitios remotos hay gente preparada para sacarte del apuro. 

4) Intentamos ponerle con frecuencia protección solar elevada, ya que la piel de los niños se quema con mucha rapidez. La gorra también es importante y, como él mismo la eligió, la usa orgulloso. 



5) Nos resulta muy útil llevar siempre su cantimplora llena e irle ofreciendo agua, sobre todo en climas calurosos. Llevar batidos para tentempiés nos ayuda a su aporte lácteo, a su hidratación y no necesitamos cuchara para que lo tome.

6) Contarle a los niños a dónde van y qué van a hacer o ver les ayuda a llevar mejor el camino. El niño, a base de repetir experiencias, ha acabado entendiendo y, a pesar de estar cansado, que entremos en varios alojamientos antes de escoger uno cuando le vamos explicando "es que éste no tenía cocina", "es que este otro no tenía agua caliente", etc. Ahora participa en la búsqueda y sus preferencias son alojamientos con jardín donde jugar, TV y bañera en vez de ducha, ¡por ese orden!

7) Hacer al hijo partícipe de la excursión cambia por completo la experiencia de toda la familia. Si el niño se divierte nosotros disfrutamos. Todavía recuerdo a nuestro hijo buscando caras  o tesoros en las ruinas de Angkor Watt, se sentía Tadeo Jones... 




8) Hemos recordado la sensación en la infancia de estar con los mayores de sobremesa y suponemos que viajar con adultos puede ser muy aburrido para un niño. Igual que nosotros necesitamos dedicarnos tiempo, ellos también. 




Legoland en Tokyo

Aprovechar todas las oportunidades para hacer planes infantiles u organizarlos cada ciertos días es importante para nuestro equilibrio familiar. 



9) Usamos siempre las medidas de seguridad en todos los medios de transporte. ¡Nunca se sabe cuándo vas a dar un frenazo, o a caer al agua! En Bali y Vietnam veíamos familias de cinco miembros sin casco, y sobre una única moto. Daban ganas de hacer lo mismo y más por el calor que hace por allí, pero es importante no perder nuestros buenos hábitos europeos cuando se trata de seguridad. Ser nosotros el ejemplo es básico para que el niño cumpla. Así no hay discusión. 

Seguridad en el mar


"Do not copy"


10) Tres pequeños juguetes bastan al niño durante el viaje, los demás van surgiendo de la naturaleza. Tener poco le ayuda a valorar sus posesiones. El niño es el responsable de que no se queden detrás y perderlos. La tablet o el móvil con películas y juegos infantiles es una herramienta muy útil para los largos trayectos donde hay que mantenerlo quieto y sentado durante muchas horas. Viajando se suele leer mucho. Como a los niños les gusta imitar, es útil tener a mano algún libro infantil que le entretenga o comprar por el camino alguna leyenda de la zona. Está comprobado que el hábito de lectura se cultiva desde muy pequeño.

Su juguete preferido. Un palo. Allá donde llegue

Oswald y todos sus juguetes. Sally, 48, Zed, una pelota, un elástico y una piedra. Codiciados tesoros

Como consejo final, nuestra receta, válida  también para cuando viajamos sin niños: Paciencia, sentido común y buen humor, sobre todo en los momentos más delicados. 


Animamos a todos a viajar con sus hijos, tener  la determinación y encontrar  el arrojo. Las razones para hacerlo son muchas. 

Fiesta de 2º cumpleaños en la Caravana. Con globos, todo es fácil.